Dr. CG García Fontecha
Actualizado enero 2017
¿Qué son los pies planos?
Normalmente entendemos por "pie plano" el que tiene una disminución de la altura del arco longitudinal plantar (también llamado bóveda plantar).
De hecho es un conjunto de trastornos de la alineación cuando el niño está de pie y apoya su peso sobre la bóveda plantar. En esta situación, el talón se desvía hacia afuera (lo que llamamos "talo valgo"), la zona del arco plantar en el mediopie toca el suelo dando una apariencia de pie "hundido" y la parte más anterior del pie se coloca en supinación, es decir, con mayor apoyo de la parte interna.
En el niño existen básicamente dos tipos de pie plano, el pie plano flexible y el pie plano rígido.
El pie plano flexible se caracteriza por ser un pie con una estructura esquelética normal pero con mucha flexibilidad en sus articulaciones. Por ello, cuando el niño se pone de pie y apoya su peso, el puente se hunde y el talón se desvía hacia afuera. Sin embargo, cuando lo hacemos poner de puntillas, vuelve a aparecer el puente y el talón se coloca corregido hacia adentro. El término flexible se refiere a la movilidad de las articulaciones del pie y su capacidad para corregir estos trastornos de alineación. Este es el tipo de pie más frecuente en el niño y se considera una situación de normalidad durante los primeros años de vida.
Figura: pie plano con hundimiento del arco longitudinal interno.
El pie plano rígido se caracteriza porque existen uniones anómalas entre los huesos del pie. Ello provoca una deformidad con menor altura del arco longitudinal y una desviación en valgo del talón. Cuando el niño se pone de puntillas, la postura del pie no cambia debido a que la movilidad está bloqueada por la unión entre los huesos. Existen dos tipos básicos de unión anómala, entre los huesos astrágalo y calcáneo o entre los huesos calcáneo y escafoides. La primera provoca un bloqueo mucho más rígido. Esta situación es definitiva y no cambia con la edad.
¿Cómo se forma el arco longitudinal del pie?
El arco longitudfinal del pie se desarrolla de forma progresiva los primeros años de vida, alcanzando su máxima altura hacia la adolescencia.
Durante los 2-3 primeros años de vida el pie del niño tiene una apariencia de pie plano. Esto viene condicionado por su gran elasticidad y por el acúmulo de tejido adiposo en la zona interna de la planta del pie.
A partir de los 5 años el arco ya es aparente y seguirá aumentando de forma progresiva. En general las chicas suelen tener el arco algo más pronunciado que los chicos.
Sin embargo, existe un amplio rango de normalidad en cuanto a la altura del arco longitudinal.
De hecho, hasta un 20% de la población no llega nunca a desarrollar un arco longitudinal claro y presenta durante toda la vida unos pies planos flexibles indoloros y funcionales. Por ello, actualmente consideramos el pie plano flexible como una variante de la normalidad.
No conocemos cuál es el mecanismo exacto que determina que un pie desarrolle el arco longitudinal en mayor o menor medida.
No obstante, existen diferentes trabajos que demuestran la importancia de factores externos como el calzado. Estudios en paises en desarrollo muestran una mayor presencia de pies planos entre los niños que usan zapatos que entre los que van descalzos. Parece que el hecho de ir descalzo favorece el desarrollo de la musculatura propia del pie, mientras que los calzados rígidos interfieren en este proceso. Por ello, acutalmente se recomienda que el calzado del niño sea flexible.
En el caso del pie plano rígido por uniones anómalas, el arco no se forma correctamente debido al bloqueo en el desarrollo esquelético. No obstante, la unión ósea puede ser incompleta o ser sólo de cartílago no osificado en los primeros años de vida, por lo que puede haber un cierto desarrollo del arco longitudinal.
¿Qué hay que hacer ante un pie plano?
Básicamente hay que comprobar que se trate de un pie plano flexible y descartar el llamado pie plano rígido.
El médico debe realizar una completa exploración muculo-esquelética del niño con especial atención al tobillo y el pie.
En la exploración general debe valorarse si el niño presenta algún cuadro de hiperlaxitud ligamentosa que pueda contribuir al "hundimiento" del pie en carga.
Es importante también estudiar el patrón angular y rotacional de las piernas y el patrón de marcha para descartar otros componentes de mala alineación esquelética.
Las dos maniobras básicas para compobar que se trata de un pie plano flexible son el "Jack test" y pedir al niño que se coloque de puntillas.
Figura. El Jack test consiste en extender el dedo gordo del pie. En un pie plano flexible esta maniobra hace aparecer el arco longitudinal interno.
Figura. Cuando el niño se coloca de puntillas también se produce una elevación del arco interno, y además se corrige la desviación hacia afuera del talón.
Si la exploración es compatible con un pie plano flexible, normalmente no es necesario realizar estudios radiológicos.
Si por el contrario se trata de un pie plano rígido, probablemente habrá que realizar estudios por la imagen para determinar el tipo de malformación ósea subyacente.
¿Cual es el tratamiento más adecuado?
En general, el pie plano flexible no requiere tratamiento. Se trata de pies normales que evolucionarán espontáneamente hacia una mejoría de la alineación.
Conviene estimular el desarrollo de la musculatura propia del pie mediante ejercicios como caminar de puntillas, o más sencillo, caminar descalzo por casa.
Debemos evitar el uso de calzado rígido porque no permite un correcto desarrollo del pie.
No aconsejamos el uso de plantillas ni otro tipo de dispositivos o calzado ortopédico.
Las plantillas modifican el apoyo de la planta del pie en el momento que el niño pone el peso encima. Sin embargo, no se ha demostrado que tengan efecto en corregir la altura del arco longitudinal interno ni ninguno de los otros trastornos de alineación del pie plano flexible.
Por el contrario, las plantillas contribuyen a que la suela del calzado sea más rígida y ello no favorece el desarrollo muscular del pie. También se ha comprobado que un porcentaje de los niños que utilizan plantillas pueden desarrollar trastornos psicológicos relacionados con la autoimagen delante de sus compañeros de escuela.
Hoy día sólo estarían indicadas en algunas afecciones del pie en las que se producen sobrecargas con aparición de callosidades o dolor.
Tampoco aconsejamos la corrección quirúrgica del pie plano flexible, porque lo consideramos un pie "normal" que mejora con la edad y que no produce problemas dolorosos ni funcionales.
Existen diversas técnicas quirúrgicas que modifican la situación en la que articulan los huesos del pie, justo debajo del tobillo. En general consisten en colocar un soporte entre los huesos astrágalo y calcáneo con el objetivo de aumentar la altura del arco longitudinal interno.
En general sólo indicamos la corrección quirúrgica en casos extremos, generalmente asociados a otros trastornos óseos y en pies dolorosos o con una deformidad progresiva.
En casos de pie plano rígido por uniones óseas anómalas, si es poco sintomático suele ser suficiente con tratamiento rehabilitador que revierta la contractura de la musculatura peronea. Si existen esguinces muy repetidos o dolor que no cede con tratamiento rehabilitador, se ha de plantear una cirugía de resección de la unión ósea anómala.
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